martes, 19 de agosto de 2008

Mario

El Miércoles 6 de agosto de 2008, a las 8:30 p.m., murió Mario, mi abuelo. A los que lo conocieron, decirles que las últimas palabras que mencionó, ayer, entre dolores, fueron, como siempre, positivas. Nos sacaron a todos lágrimas y una sonrisa.

A los que no lo conocieron, contarles que fue un gran hombre, sonriente, generoso, cariñoso y sumamente optimista. Le encantaba hacer cosquillas en los brazos y en los pies de su familia, sobre todo en los de sus hijas, a las que consintió toda su vida. Tuvo tres, Rosa, la grande, Olga, mi mamá, y Andrea, la chica.

Ellas y Rosa, mi abuela, con la que duró casado 63 años, estuvieron junto a él en todo este proceso, en el que, a pesar de lo rápido, nos dio tiempo de hacer en su honor un gran festejo. No todas las personas tienen la fortuna de que les celebren un homenaje en vida, y él lo gozó de principio a fin. Le organizamos una maravillosa comida en la que estuvimos presentes todos y cada uno de los miembros de las familias que crecimos de las semillas que él sembró. Aparentemente el plato fuerte era un filete mignon, pero nunca sospechó que en las paredes del restaurante proyectaríamos un video con un mensaje que le grabamos los que más lo queremos, desde sus hijas hasta sus bisnietos. Sin duda, lloró.

Somos una familia muy afortunada de haberle dicho y demostrado que lo queríamos. Y a él le gustó tanto que estoy seguro que se llevó el agradecimiento al cielo como una deliciosa cobija. Pronto subiremos, el video a youtube para que los que quieran puedan verlo.

Muchos de ustedes saben que de corazón soy escritor, pero pocos saben de qué tamaño es el corazón de mi abuelo. Es lo suficientemente grande como para solapar y alimentar los sueños excéntricos de sus nietos. Por lo menos los míos los nutrió como pocos lo han hecho. Enseguida salió a la venta mi primer novela en librerías, él se dedicó a averiguar en cuales de la zona la vendían y se dedicó a recorrerlas una por una para fomentar el rumor de que sí se vendía. Compró fácilmente cuarenta, y en gran medida gracias a eso, en esa semana alcancé el tercer lugar de ventas de una famosa cadena. GRACIAS, ABUELO.

Gracias sobre todo, Abuelo, por cultivar en nuestros espíritus la unión, el placer por la vida, la sencillez y la alegría. Gracias por compartirnos todo lo que tenías, los cachetes de los mangos, el amor, los sentimientos y las caricias, porque siempre, para todos, tenía. Gracias por ser un ejemplo y por contagiarnos en estos momentos de tu dicha.

Estamos orgullosos de ti.

Endondequiera que estés, puedes estar tranquilo. Tus mujeres estarán cuidadas, especialmente mi abuela. Despreocúpate y relájate, y como disfrutaste de la Tierra disfruta del Cielo. Te mando hasta allá un gran beso.

Nos vemos después,

Paco.




3 comentarios:

GABY dijo...

No cabe duda que lo que somos en gran parte se lo debemos a nuestros genes,heredados de generacion en generacion a travez de los tiempos en un universo tan extenso.
Mario,mis respetos para el quien estoy segura se encuentra en armonia con esa energia que nos crea y alimenta sin final,supo vivir y enseñar,impulsar los sueños de un ser sensible y fuerte,determinado a triunfar,pero temeroso,como todo aquel que trata de vivir en la seguridad que nos demanda esta sociedad,necesitabas apoyo y que mejor que su amor para continuar tu vuelo.
Eres afortunado agradece a Dios por ser parte de tu Abuelo y no vuelvas la mirada atras sigue tus sueños,inspirate en todo lo hermoso de sus enseñanzas y transmitelas a tus decendientes y al mundo entero,deja un legado de Mario en Francisco,Paco,Fj Kolofon en todos los aspectos de tu vida.
Un Abrazo.

MAG dijo...

Paco

Lamento mucho tu pérdida y en verdad admiro tu forma de escribir y la idea de realizar un homenaje en vida a tu abuelo, creo que eso fue algo que lo pudo haber llenado de una inmensa alegría.

FJ Koloffon dijo...

Gracias Gaby y Mag por sus comentarios. Un abrazo sincero.