Pronto la vida literaria de éste que escribe, iniciará una nueva etapa. Pero, si me permiten, quizá lo primero que debería contarles es cómo empezó:
A decir verdad, fue hasta hace poco que supe realmente que quería ser escritor. Para entonces estudiaba leyes, orillado por la presión de mi padre, por el miedo a confrontarlo y por mi indecisión. Sería injusto culparlo a él de mi desatino, finalmente cada quien es el principal responsable de sus decisiones y el dueño único de su vida, además de que en el fondo yo no tenía completamente claro a qué quería dedicar la mía. Ni siquiera me había preguntado si tenía una misión.
Alguna vez supe que quería ser músico, pero para un mortal imberbe al que aparentemente el destino lo condenó a vivir entre economistas, contadores y abogados, resulta difícil dar el paso y gritar a los cuatro vientos la revelación. Un día me atreví a hacerlo y los resultados no fueron los mejores. Tampoco fueron malos, de hecho aquí pueden escuchar una que otra canción: www.myspace.com/kolomusik
Pero bueno, intentaré no desviarme más, que ya bastante lo hice. El caso es que fue el amor, como siempre suele hacerlo, el que acabó por abrirme las brechas que me conducirían después a mi auténtico camino, el de las palabras y la tinta. A mitad de la carrera, saliendo de una clase de “sucesiones” (materia que a la fecha me causa conflictos, sobre todo porque heredé malas maneras, vicios y una nariz por la que prefiero evitar las fotografías de perfiles) descubrí en el jardín a una mujer que me hizo perder la razón, que luego descubrí no estaba perdida, sino más bien secuestrada por el corazón.
Como siempre fui tímido, vecino de los idiotas, nunca me atreví a decirle nada y me conformé con escribirle bajo un pseudónimo. Averigüé todos sus datos y su cuenta de correo electrónico y, con la ilusión de que mis letras la enamorarían, comencé a escribirle y a escribirle. Además de recurrir al anonimato, para ser aún menos obvio, en los correos que le enviaba incluí a otras personas cuyas direcciones obtuve de una base de datos de estudiantes de la universidad. De aquella larga lista de personas sin rostro sólo la conocía a ella y no me interesaba la respuesta de nadie más que la suya. Los demás destinatarios me servían simplemente para ocultarme más. El primer correo que mandé fue este: fjkoloffon.blogspot.com/2008/07/el-1er-escrito.html , que releo y me sonrojo de lo cursi.
Diario revisaba mi bandeja de entrada con la esperanza de que alguna de mi cartas hubiera llamado su atención. Y jamás contestó. Pero a cambio empecé a recibir algunas respuestas de otros de los destinatarios, que en algunos casos se decían hondamente tocados por mis palabras y sobre todo asombrados por haberlas recibido en el momento perfecto (bendita sea la sincronía). Esta fue la primer respuesta a mi primer correo: fjkoloffon.blogspot.com/2000/09/la-primera-respuesta-mi-primer-correo.html
Continué escudado en mi pseudónimo durante varios años, me avergonzaba tanto desnudarme, salir a la calle sin armadura. Existía ya un número considerable de personas que conocía demasiado de mí y hasta cierto punto me resultaba bochornoso. Pero llegó un momento en que me fue imposible contener esta fuerza que me provoca la escritura, si no exclamaba quién era, estallaría. Así que en el cumpleaños de mi padre, frente a toda mi familia, antes del postre puse sobre la mesa el borrador de mi primer libro. A él se le iluminó la cara porque juró que se trataba de mi tesis de la maestría que estudié en ciencias afines al Derecho, mas no finas. Todos ignoraban que las ojeras se debían a los años de madrugada que pasé en la computadora escribiendo El Astronauta Terrestre. Apenas aquella noche se enteraron que escribía.
Con la ayuda de distintas personas, entre ellos mi padre, publiqué de manera independiente la novela (acompañada de un soundtrack que compuse junto con otro desertor de las leyes) y conseguí que se distribuyera en distintas librerías con las que constantemente discutí para que no lo arrumbaran al fondo de los estantes o en las bodegas.
Una tarde que me senté a buscar qué sucedía con El Astronauta Terrestre en Google, me topé con la mayor sorpresa de mi vida (que pasó a segundo lugar cuando mi entonces novia me avisó que estaba embarazada): Librerías El Sótano lo mencionaba en el Periódico Reforma como el tercer libro más vendido en la sucursal de Miguel Ángel de Quevedo. Ese día me invadió una gran certeza…
El Astronauta Terrestre se puede descargar gratis desde aquí: http://www.elastronautaterrestre.com/
Les cuento todo esto porque me parece evidente que absolutamente todas las cosas en efecto ocurren por algo, pero antes que nada porque estoy convencido de que somos seres creadores, extraordinarios, capaces de transformar la realidad por avasallante que parezca. La fe, la confianza, la pasión y la entrega son las armas de quienes luchan contra la corriente para fluir hacia su porvenir.
Y luego de esta historia, que tengo la certeza de que apenas comienza, regreso al inicio, cuando mencioné que estoy por iniciar una nueva etapa en mi vida como escritor. Y lo digo porque se aproximan novedades y nuevos retos (qué sería de nosotros sin ellos) que me gustaría compartir:
En primer lugar, en orden de acontecimientos, quiero avisarles que en breve estrenaré un nuevo portal: http://www.fjkoloffon.com/ , desde el que sin ningún costo podrán seguir descargando El Astronauta Terrestre y en el que, además, —este punto es el principal que quiero transmitirles—, se comenzará a difundir información acerca de la nueva novela, que se publicará en 2011 bajo el título de EL TROMPETISTA y la cual nuevamente contendrá un soundtrack, en el que figurarán temas de bandas como Bright Eyes, Monocordio, La Habitación Roja, Los Románticos de Zacatecas, El Columpio Asesino, Cahuenga, Mercromina, Gepe, San Pascualito Rey, Chikita Violenta y otros grandes artistas. Otra alegría muy grande es que también desde el nuevo portal lanzaré una tienda muy especial y significativamente diferente a todas las que conocen, de la que ya les daré detalles más adelante.
Por último, quiero aprovechar que actualmente soy una persona un poco más libre que hace algunos años y que la tecnología hoy día nos permite expresarnos abiertamente a través de distintos canales (una herramienta preciosa especialmente para quienes tenemos la fortuna de que cierta gente se interese en leernos), para establecer contacto con mis lectoras y lectores, por lo que los invito a que me sigan en twitter (www.twitter.com/FJKoloffon) y en facebook (www.facebook.com/FJ.Koloffon), desde donde igualmente les comunicaré noticias, adelantos y donde aprovecharé asimismo para compartir palabras, frases, fotos, ideas, pensamientos, deseos y, por qué no, una que otra vanalidad. Aprovechemos las nuevas tecnologías que nos permiten estar realmente unidos y conectados en colectividad.
Lo mejor para todos ustedes,
@FJKoloffon
Bio: abogado de papel,
Vivimos una era en que prácticamente todo es posible si lo deseamos. Es cosa de creernos.